Pedro Henares Cuesta viene del mundo del diseño de proyectos industriales. Usuario de lo urbano por necesidad, ha logrado volver sobre sus pasos para construir su futuro en lo rural, en su entorno. Uniendo sus experimentos y su pasión alquimista del queso, ha logrado construir un nuevo contexto, llamado Jaramera, para seguir volcando su energía. Camina para unir personas en conversaciones casuales, mientras les invita a degustar placeres y momentos. Danzarín e inquieto, sueña con que Jaramera se haga mayor, reinventándose a cada momento, evolucionando al lado de todas aquellas personas que la acompañen.
Lucía Sáez Béjar, bióloga de espíritu, procede del mundo de la consultoría, de observar, analizar e intervenir en el mundo rural desde lo urbano. Tras un punto de inflexión, decide retomar su camino rural desde la acción, desde el territorio. Le seduce pasar del sector servicios y mundo de lo etéreo, al sector primario, origen de lo tangible, para alimentar a su gente desde la atención, la calidad y la creatividad. Disfruta con el nuevo camino emprendido, rodeado de nuevas experiencias, incertidumbres y enseñanzas; y con un contacto directo con el mundo real, desde la bacterias y mohos que trabajan en los quesos de Jaramera hasta las personas que sonríen mientras experimentan el placer de degustarlos. Sueña con vivir despacio y con poder ofrecer el vehículo, en forma de manjar, para esos momentos en que el reloj se pare cuando nuestra gente saboree Jaramera.
Y Jaramera tiene detrás otros tantos cientos de manos. Amig@s, conocid@s y compañer@s que han hecho que vea la luz, que llegue exitosa hasta hoy, que se forme, que se defina. Gracias por esas horas empeñadas, por los consejos de difícil formulación, por las esperanzas a veces incrédulas, por creer en lo inimaginable. Y, ante todo, por habernos ayudado por encima de cualquier freno racional. Desde Jaramera os gritamos a los cuatro vientos…